septiembre 30, 2012

El biopoder en la mecánica reproductivista



Basándose en los puntos definidos por Foucault sobre la idea de biopoder, en donde remarca cinco aspectos fundamentales para que el poder cumpla con un ciclo vital, tiene en primer lugar la vida de los sujetos. En segundo lugar el mecanismo de producción, seguido de los mecanismos de poder. Como cuarto punto el discurso imperativo y por último la lucha y verdad.
Si bien están divididos en forma esquemática, el biopoder se sostiene y se retroalimenta por formas intrínsecas de relaciones. No se puede sostener un poder vivo sin uno de esos mecanismos de sometimiento y aceptación.
Todo centro de poder conlleva una periferia de resistencia que en el último punto se puede vislumbra al plantear la dicotomía por la lucha y la verdad. En esto no sólo se cierne una oposición sobre el centro de poder, sino que se transforma en modos de resistencia al centro dominador desde nuevas estrategias que conforman a la periferia en un nuevo centro de poder, generando nuevos mecanismos, y con esto la diferencia de los mecanismos de producción y disciplinamiento, adecuado y respondiendo a las formas de producción que el centro-periférico plantea como nuevas verdades y nuevas formas de poder.
En este sentido no se establece un centro de poder dominador, sino a un conjunto de centros que se organizan y constituyen como formas válidas de producción social.
Ante este planteo, queda el camino de sin-salida, en donde los mecanismos de producción se transforman en sistemas reproductivistas de diferentes formas de accionar sobre la realidad interpretada.
Por otro lado las formas de verdad se sujetan a los lineamientos discursivos, en donde esa verdad se transforma en acción discursiva de dominación y aceptación. Cumpliendo su ciclo vital para reproducirse en nuevas formas de dictámenes sociales. De esta forma el biopoder se renueva en su ciclo, se transmite dentro de cada sector que se proclama como formas válidas de producción. Así el decir imperativo transformado en verdad se conjuga con las formas productivas, siendo esto una forma reproductivista de representar y heredar en y de los centro de poder.
Queda en este entrecruce relacionar los mecanismos de poder, que son transferibles en la medida que la reproducción del sistema sea convalidado por los sujetos que la componen.
Los ciclos se constituyen por la vida biológica de los sujetos, que en la medida que el posicionamiento de los juegos de poder se consolidan el tiempo vital de los sujetos se acorta, de esta forma se busca generar nuevos mecanismos de producción heredados de la estructura, garantizando el predominio del poder en el propio centro, adecuando los lineamientos de disciplina. Este traspaso de poder, por sus ciclos vitales, conlleva el ciclo vital, no sólo biológico, sino de adecuación de los discursos imperativos. De esta forma, los estamentos se adecuan al contexto social confrontando los discursos imperativos y de validación; formando y generando nuevas realidades sobre los discursos imperativos y de consolidación de verdades.
Cabe destacar que el biopoder está ligado, pero esto no es condicionante de la biopolítica. La relación directa entre ambas es la de formadora de realidades, transformando los discursos de validación que genera el poder de los centros y de esta forma consolidando la perpetuidad de control y dominación. En este aspecto, los movimiento periféricos de los centros otorgan, por aceptación o resistencia, la validación del poder, modificando su realidad acorde con la relación política entre los diferentes sectores.
De eta forma sociedad y estructura orgánica, generadora de sistema social, conviven simbioticamente creando y fomentado los discursos de diferencia y convergencia, o en otras palabras de resistencia y aceptación disciplinaria.

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